LOS INICIOS DE EL QUIJOTE EN LA CUEVA DE MEDRANO

Una leyenda inconclusa ha existido siempre sobre la identificación del “lugar de la Mancha” con el que D. Miguel de Cervantes inicia la obra maestra de la literatura en Castellano, pero donde sí coinciden los expertos cervantinos es en el vacío de la biografía de Miguel de Cervantes entre el período 1600-1603, años previos a la aparición del Quijote en 1605. La historia oficial indica que Cervantes podría haber sido detenido por su condición de recaudador de alcabalas e impuestos y su tendencia a equivocarse de bolsillo donde ingresar lo recaudado que más veces era el suyo propio que el de la Corona, aunque tiene bastante fuerza la historia más propia de un reality del siglo XXI que dice que la posible detención pudo ser por “un requiebro” a una mujer, en concreto a una hermana o sobrina de don Rodrigo de Pacheco, sin el visto bueno de éste, en aquel entonces auténtico poder fáctico de la Villa de Argamasilla. Cuenta esta leyenda que no encontró D. Rodrigo mejor forma de quitarse de en medio a este molesto y pobre escritor, que tejer un montaje falso para acusar a Cervantes de un crimen inexistente, el uso del bolsillo equivocado para las alcabalas recaudadas… Y así dio con sus huesos D. Miguel de Cervantes en la Cueva de Medrano, ubicada y visitable aún hoy en el centro de la Villa de Argamasilla de Alba, donde sin duda empezó a escribir Don Quijote de la Mancha que por ello arranca con ese inolvidable “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Es sin lugar a dudas Argamasilla de Alba el Lugar de la Mancha que le hizo sufrir pena de cárcel y que por ello no quería recordar, pero al que nosotros tenemos que agradecer haberle dado el tiempo suficiente y necesario a este genio de la literatura, para arrancar esta novela sin igual.

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